sábado, 20 de diciembre de 2014

El físico no importa...

Creo que el físico no es determinante cuando una mujer busca la pareja ideal, creo que si cumple con los estándares que anunciaba anteriormente, vas por un buen camino en encontrar el anhelado príncipe casi azul. 
Lo que es yo seguiré buscando.






La personalidad que buscamos...

Que, de acuerdo a su personalidad, nosotras las mujeres, buscamos:

1.- Que logre escucharnos cuando tenemos problemas.
2.-Que sea cien por ciento romántico.
3.- Sexualmente, bueno en la cama.
4.- Que sea hogareño, que ayude con las labores del hogar.





 

Expectativa después de los 30 años...

Pasados los 30 años la expectativa de encontrar a la pareja ideal se desvanece... ya no existe el príncipe azul que en la infancia nos contaron nuestras madres o abuelas. La expectativa ha cambiado. La mujer de hoy busca que este príncipe que no es azul posea algunas características que se reflejen en su carácter:

1.- Fiel, que sólo tenga ojos para una, que no le guste andar con una y con otra.
2.- Que sea demostrativo, que nos llene de cariño, regalos, palabras que puedan llenar el alma en momentos de desesperación.
3.-Que sea comprometido, es decir, que tenga claro dónde quiere llegar contigo, que tenga las cosas muy claras.
4.-Que tenga integridad moral.Que logre demostrar justicia en sus actos, sin olvidar la empatía necesaria con la pareja.

Me río del sistema...

Te has dado cuenta que la sociedad indirectamente te empuja hacer lo que tú no quieres hacer, pero que a la vez es necesario? jajjaja, me río de este sistema.

Es difícil lograr explicar por qué seguir soltera después de los treinta. Tus mejores amigas se casaron, Tus antiguas amistades publican en Facebook fotos de su matrimonio, pero me pregunto serán felices?.


Algunas respuestas salvavidas que se acostumbra a dar en estos casos es; No ha llegado la persona adecuada. No tengo tiempo, el trabajo me absorbe. Estoy disfrutando la vida a concho. Pero lo que nadie sabe es que me destrozaron el corazón. Me dejaron por otra que era más flaca  o por otra más solvente que yo. Me dejaron sola con mis hijos. Es la realidad, que no lo quieran aceptar es otra cosa.

El fin de una buena conversación...

Genial levantarse en las mañanas sin preocupaciones, sin tener que responder a las preguntas sin respuestas: que haré de desayunar, que cocinaré en el almuerzo, el lavado, etc, sin nadie a quien darle explicación de mis actos. Mi vida parece feliz hasta que me encuentro con mis mejores amigas a tomar una rica cerveza y la primera pregunta que sentencia mi vida es: ¿estás saliendo con alguien, cuándo te vas a casar o cuándo vas a tener hijos?. 
Hasta ahí quedo la buena conversación.